La lactancia materna es una de las mejores formas de asegurar la nutrición y el desarrollo saludable de los bebés. Además, la leche materna tiene una serie de beneficios para la salud que son muy importantes para el crecimiento de los niños, tanto física como emocionalmente.

Sin embargo, muchas personas piensan que la lactancia es sólo para los primeros meses de vida del bebé. Pero esto no es así, de hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y luego la lactancia complementaria hasta los 2 años o más, es decir, la lactancia prolongada.

Entonces, ¿qué es la lactancia prolongada? Se considera lactancia prolongada cuando se amamanta a un niño durante más de un año. Aunque algunos pueden pensar que amamantar a un niño por tanto tiempo es raro o innecesario, lo cierto es que la lactancia prolongada tiene muchos beneficios para el niño y la madre.

Esta práctica puede parecer poco común en algunas culturas pero la lactancia prolongada ha sido practicada durante siglos y sigue siendo una práctica muy común en muchas partes del mundo.

A pesar de esto, hay muchas personas que creen que la lactancia prolongada no es buena para el niño o que simplemente no tiene beneficios. Sin embargo, esto no podría estar más lejos de la verdad. De hecho, la lactancia prolongada tiene muchos beneficios tanto para la madre como para el niño. A continuación, exploraremos algunos de estos beneficios.

Beneficios para el niño

Uno de los principales beneficios de la lactancia prolongada es que proporciona al niño una nutrición completa. La leche materna es rica en nutrientes esenciales que son necesarios para el crecimiento y el desarrollo del niño. Además, la leche materna también es fácil de digerir, lo que significa que el niño puede obtener todos los nutrientes que necesita sin tener que lidiar con problemas digestivos.

Otro beneficio importante de la lactancia prolongada es que puede ayudar a proteger al niño de enfermedades y enfermedades crónicas. La leche materna contiene anticuerpos que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunológico del niño y protegerlo de enfermedades como la neumonía, la meningitis y la diarrea. Además, también se ha demostrado que la lactancia prolongada puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y la obesidad.

Además de esto, la lactancia prolongada también puede ayudar a los niños a desarrollar una relación más cercana con su madre. La lactancia es un momento de intimidad y cercanía entre la madre y el hijo que puede ayudar a fortalecer el vínculo emocional entre ellos. Esto puede ser especialmente importante a medida que el niño comienza a explorar el mundo y a desarrollar su propia independencia.

Beneficios para la madre

Además de los beneficios para el niño, la lactancia prolongada también puede ser muy beneficiosa para la madre. En primer lugar, la lactancia prolongada puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama y ovario en la madre. Se ha demostrado que las mujeres que amamantan durante un período prolongado de tiempo tienen un menor riesgo de desarrollar estos tipos de cáncer.

Además, la lactancia prolongada también puede ayudar a reducir el riesgo de depresión posparto en la madre. La lactancia libera hormonas como la oxitocina que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad en la madre. Además, el acto de amamantar puede ayudar a la madre a sentirse más conectada emocionalmente con su hijo, lo que puede ser muy reconfortante para las madres que pueden estar lidiando con sentimientos de aislamiento o soledad.

Otro beneficio de la lactancia prolongada para la madre es que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la osteoporosis y la enfermedad cardíaca. Se ha demostrado que las mujeres que amamantan durante un período prolongado de tiempo tienen huesos más fuertes y una mayor densidad ósea, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de osteoporosis más adelante en la vida. Además, la lactancia prolongada también puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y presión arterial, lo que puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.

Es importante destacar que la lactancia prolongada también puede ser beneficiosa para la madre en términos de comodidad y practicidad. A medida que el niño crece, la lactancia puede ser menos frecuente, lo que significa que la madre no tiene que preocuparse tanto por la alimentación y puede enfocarse en otros aspectos de la crianza del niño.

Por supuesto, es importante recordar que cada madre y cada niño son diferentes, y que la decisión de amamantar más allá del primer año de vida es algo muy personal. Algunas madres pueden encontrar que la lactancia prolongada no funciona para ellas o para su hijo, y eso está bien. Lo importante es que las madres se sientan cómodas y seguras con sus decisiones de lactancia.

En conclusión, la lactancia prolongada tiene muchos beneficios tanto para el niño como para la madre. Proporciona una nutrición completa, ayuda a proteger al niño de enfermedades y enfermedades crónicas, fortalece el vínculo emocional entre madre e hijo, reduce el riesgo de cáncer y enfermedades crónicas en la madre, y puede ser práctico y conveniente. Por lo tanto, si una madre y su hijo se sienten cómodos y seguros con la lactancia prolongada, no hay razón para detenerla.